viernes, 9 de marzo de 2012

¿CREEN EN LA SALUD COMO UN BIEN DE CONSUMO?




La industria farmacéutica está promocionando enfermedades a fin de que la salud se convierta en un bien de consumo más.

La profusa información que entregan sobre diversas enfermedades es una real campaña de publicidad para inducir a la ingesta de diversos fármacos, y puede ocurrir en la práctica que en virtud de una especie de contagio mental muchas personas muestren una mayor predisposición a contraer determinados síntomas.



Además de publicitar sus medicamentos, los laboratorios promocionan los trastornos para los que están indicados.
Esta táctica “convierte en enfermos a los sanos, malgasta preciados recursos y origina dolor iatrogénico [causado por los médicos y las medicinas]”

¿Es posible que en determinadas circunstancias emocionales de temor o angustia la mente “se abra” y “acepte” una determinada enfermedad?



Creo que el fenómeno de la autosugestión puede ser determinante a la hora de gatillar determinados procesos patológicos.

En este sentido, un diagnóstico de cáncer puede ser casi como una sentencia fatal para una persona muy sensible, que en ese mismo instante se entrega a la muerte.


En verdad resulta chocante la promoción de enfermedades o “disease mongering”, como se ha llamado en la lengua anglosajona.



Uno de los ejemplos mejor conocidos es la medicalización de la sexualidad humana y sus problemas. La historia del sildenafilo (Viagra) es la de la transformación exitosa de un medicamento en un producto de consumo: el fármaco es eficaz y seguro para tratar la impotencia, pero también puede ser utilizado por una población más amplia. Su lanzamiento comercial fue precedido de una intensa cobertura informativa sobre la disfunción eréctil, alertas sobre su enorme prevalencia, los problemas que causa a los afectados y las buenas expectativas de los tratamientos.
 




/FUENTE: el pais/


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